Cervantes, autor del siglo XVI y principios del XVII, escribió la obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, novela fundamental de la literatura universal. Este fragmento es el inicio de la obra:
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. […] Tenía en su casa un ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte […]. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza.
En este fragmento, don Quijote confunde los molinos de viento con gigantes y se lanza a la batalla contra ellos.
Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo galope de Rocinante y embistió con el primer molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerlo, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, Anaya.