Poema de Mio Cid   

El fragmento siguiente pertenece al «Cantar de las bodas», el segundo
de los tres que forman el poema. En él se relata la llegada de la familia
del Cid a Valencia, recién conquistada por este.


En un extremo del campo           nuestro Cid ya descabalga.
Fuese para su mujer                  que con sus hijas estaba.
Al verlo doña Jimena                   échase a sus pies, postrada:
—Gracias, Campeador, os doy.     ¡Qué bien ceñís vos la espada!
Vos a mí me habéis sacado        de muchas vergüenzas malas.
Aquí me tenéis, señor,            vuestras hijas me acompañan.
Con Dios y vos  por ayuda,       buenas son y ya están criadas.
A la madre y a las hijas              con grande amor las abraza.
El gozo que sienten todos         les hace soltar las lágrimas.
Todas las mesnadas suyas        con aquello se alegraban.
Allí con las armas juegan          y los tablados quebrantan.
Oíd lo que dijo el Cid,               que en buena hora ciñó espada:
—Jimena, señora mía,             mujer querida y honrada,
y vosotras, hijas mías,           sois mi corazón y mi alma.
Entrad conmigo en Valencia,    que ha de ser nuestra morada.
Esta heredad por vosotros        yo me la tengo ganada.
Madre e hijas allí las manos       a nuestro Cid le besaban.
Con unas honras tan grandes       por Valencia ellas entraban.
Dirigiose el Cid con ellas             hasta lo alto del Alcázar.
Al llegar allí las sube                  en el más alto lugar.
Aquellos ojos hermosos            no se cansan de mirar.
Miran desde allí a Valencia:        cómo yace la ciudad,
y tienen de la otra parte            ante sus ojos el mar.
Miran la huerta frondosa,          cómo es grande por allá,
Y todas las otras cosas              que les eran gran solaz.
Alzan las manos al cielo            para a Dios allí rogar,
por la ganancia cogida              que es tan buena y tan cabal.
El Cid y la gente suya               muy a gusto allí que están.
El invierno es ido fuera,             y marzo se quiere entrar.


       Poema de Mio Cid,
versión modernizada de Francisco López Estrada,
                                                                                        Castalia.