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Un esquema es el reflejo gráfico de la estructura de un texto, algo así como el plano o el esqueleto. Realizar un esquema consiste en marcar las distintas partes de un texto, con sus apartados y subapartados interrelacionados y jerarquizados. El esquema pretende hacer visible externamente el orden interno de un texto. En un buen esquema, con una simple ojeada, vemos de qué trata el texto, qué partes tiene y qué relación hay entre ellas.
Hay varios tipos de esquemas: con llaves, con letras, con números y combinados. El primero se sirve de llaves ({) que abarcan distintas ideas del texto y que, a su vez, pueden subdividirse en ideas secundarias, que estarían cada una de ellas dentro de una nueva llave. Los demás buscan la misma representación jerárquica, pero valiéndose de números y letras: 1.1/1.1.1 /1.1.2/1.1.2.1/...
Pasos del esquema
Un esquema no surge de improviso o tras la primera lectura. Exige un lento proceso: es conveniente hacer varias lecturas, subrayar, anotar, encontrar el tema principal y las partes en que se desarrolla, elegir el enunciado que recoja esas ideas principales, ir viendo las ideas dependientes de las principales y su jerarquía.
Aunque el proceso es largo, sin embargo, merece la pena. El nivel de concentración, síntesis y análisis es tan alto que, una vez hecho, ese tema o materia está muy preparado para poder asimilarlo fácilmente. Lograr un buen esquema facilita a nuestra mente el aprendizaje, porque resalta las ideas principales, reduce lo secundario, elimina lo accesorio y presenta los contenidos organizados, indicando las relaciones entre ellos.
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