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Revolución Gloriosa
En 1688, se produce en Inglaterra
una revolución contra Jacobo II, que había
intentado restaurar el catolicismo en el país. Los
revolucionarios entregan la corona inglesa al holandés
Guillermo de Orange (que gobernaba en Holanda desde 1672),
con la condición de que permita al Parlamento ejercer
las tareas de gobierno (dictar leyes, recaudar impuestos y elegir al primer ministro,
representante del poder ejecutivo). Así, el Parlamento acaparó todo el poder, bajo la expresión: «El rey reina, pero no gobierna», y
la monarquía absolutista quedó abolida para
siempre en Inglaterra. |
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