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Son tres fenómenos relacionados con el empleo incorrecto de los pronombres personales átonos de tercera persona (tanto en singular como en plural).
– El laísmo es la utilización indebida de la, las como complemento indirecto de persona, en lugar de le, les, que son las formas que han de usarse para el masculino y para el femenino: *La dije que estaba muy guapa por Le dije que estaba muy guapa.
– El leísmo consiste en emplear le, les como complemento directo cuando lo correcto sería lo, la, los, las: *Los papeles, déjales aquí mismo por Los papeles, déjalos aquí mismo.No obstante, cuando el complemento directo es masculino de persona sí está admitido el leísmo: A mi novio le conocí en casa de unos amigos.
– El loísmo es la utilización indebida de lo, los como complemento indirecto de persona, en lugar de le, les: *A mi hermano lo pusieron una medalla por A mi hermano le pusieron una medalla.
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