Principio de derecho con el que se da a entender que en ocasiones extremas pueden ser lícitas actuaciones reprobables. |
Refrán con que se subrayaba la inutilidad de llevar algo donde había abundancia de ello. |
Dicho atribuido a Vespasiano, cuando Tito le reprochó percibir un impuesto sobre la orina de las letrinas, pues al parecer el amoniaco de la orina descompuesta se empleaba para quitar las manchas de grasa de la ropa. |
Cuenta Plutarco que cierto Gabba, que había invitado a comer a Mecenas, que estaba enamorado de su mujer, simuló dormirse para dar lugar a que Mecenas la acariciase. Pero, al entreabrir los ojos, vio que uno de sus esclavos le robaba el vino, por lo que le gritó: «¡Desgraciado! ¿No sabes que estoy dormido solo para Mecenas?» |
Leyenda de la Academia de la Historia. |