En esta égloga, la más famosa de Garcilaso de la Vega, Salicio y
Nemoroso son dos pastores que se lamentan de sus penas amorosas.
Salicio llora el abandono de Galatea, y Nemoroso, la muerte de su amada.
El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando […]
Salicio:
¡Oh más dura que mármol a mis quejas
y al encendido fuego en que me quemo,
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aun la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,
y de mí mismo yo me corro agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo della salir una hora?
Salid sin duelo, lágrimas corriendo […]
Nemoroso:
Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno,
yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento,
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría […]